Siempre, siempre, siempre, no importa lo que seas, hagas, pienses o digas sé el mejor.
En ocasiones por el exceso de trabajo o de cosas por hacer, nos olvidamos de sacar un tiempito para dedicarnos a nosotros mismos. Se nos pasa la vida viviendo por y para los demás y siempre nosotros mismo quedamos atrás y se nos olvida lo importante que somos y que merecemos un poco de tiempo para consentirnos.
Sonríele a los problemas, lucha por lo que quieres, no abandones las cosas solo por miedo, convierte en realidad tus sueños.
La vida no se mide por los años, si no por esos momentos que nos llenan de felicidad y nunca mueren.
Perdona, sueña, ama, vive, da gracias y con la frente en alto, salta los obstáculos y sujétate de la esperanza, recuerda tu vida vale mucho y tu felicidad también.